viernes, 28 de noviembre de 2014

Chochan: beneficios de ser un chanchito


Chochan se hace desear. Si no viven en microcentro, el viaje hasta el pequeño restó de Naiara Calviño en el limite entre el cool San Telmo y el mugroso Montserrat puede hacer dudar a muchos. Pero la propuesta es innovadora: no van a encontrar en el menú principales que no hablen, a las claras, del amor al cerdo. También tiene buenas guarniciones --aunque pequeñas y tardías- y una carta de tragos que va más allá del tradicional Campari con naranja.


Lo que sorprende al entrar es, quizás, que no hay menúes impresos. Al cambiar la carta bastante seguido, hay que guiarse por las pizarras --una de comida, una de tragos- que se reparten en el pequeño local. Puede ser un problema para los cortos de vista o los que, por esas casualidad, quedan lejos de la pizarra que más les interesa. Para ver los tragos tuve que pararme y eso, en un restó que se llena siempre, puede ser un problema para el staff y para los comensales. De todas formas, el equipo de Chochán se pone las pilas y sabe recomendar en un menú que, por momentos, necesita explicación.




Pedimos, para empezar, un queso de cerdo (una especie de terrina hecha, principalmente, con la carne de la cabeza del cerdo que, a priori, puede resultar horroroso pero es la mejor parte de cualquier animal). Viene con pickles y huevos encurtidos, una especialidad de la casa que ponen en display en jarros por todo el local. También pedimos unas croquetas de verdura, muy ricas.




Aunque tiene otros platos, en Chochán se destacan los sanguches. Pedimos uno de panceta braseada con manteca de maní y zanahoria, por lejos lo mejor del pequeño menú. A priori la combinación puede resultar rara pero van perfecto y la zanahoria hace bastante para rebajar lo grasoso del cerdo. Si además, como nosotros, le agregan la versión libre de kimchi --esa delicia coreana de repollo fermentado, super picante- van a disfrutarlo tres veces más. Pedimos también una clásica hamburguesa de pulled pork, cerdo deshilachado, con ensalada cale slaw que nada tiene que envidiarle a Kansas. Acompañamos con unos aros de cebolla que llegaron tres horas más tarde, con poco crocante, pero bien.




Las salsas son, quizás, lo mejor del local. Se animan a varias versiones picantes --una especie de Sriraracha local bien arriba- y salsas de aceitunas y mayonesas varias. Van bien con casi todo.



Chochán podría ser un restó de nicho pero su valentía para presentar diferentes partes de un animal tan noble con el cerdo lo alzan, sin dudas, entre las mejores aperturas de este 2014. Vayan y prueben.







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