lunes, 7 de julio de 2014

Dogg: un panchito con glamour

Si hay una comida que no tiene glamour es el pancho. Ni siquiera las versiones más chetas de Zona Norte como Blancanieves, que embadurnan la salchicha de salsas especiales, pueden mejorar la reputación de la comida chatarra por excelencia.



Ya se lo había preguntado Lisa: ¿De qué está hecho un panchito si no es del rejunte de varios animales y una bota? 

Lo cierto es que Dogg (San Martín 657, tan microcentro que no se puede creer) quiere recuperar lo mejor de la tradición salchichera con una receta a base de carne de cerdo, claro, pero también vacuna. Como cualquier embutido lo que importante es lo de adentro: las especies secretas se las llevará Máximo Togini, su creador, a su tumba. 

Lo cierto es que, a diferencia de las versiones al paso de la gran ciudad, las salchichas de Dogg son sabrosas pero, más importante, a la parrilla. Haciendole honor al país que ama quemar su carne al fuego violento de una parrilla, el pibe de los panchos de Dogg los da vuelta en un grill que brilla al lado de la ventana pequeña que da a la nueva peatonal porteña. 

 El panchito locomía: el combo con papas y limonada ronda los $50

Arriba, todos los toppings que se les ocurran. Aunque hay algunas mezclas predeterminadas, el cielo es el limite en Dogg. El mio, por ejemplo, tiene guacamole, criolla y salsa  cheddar porque fuck logic. Algunos otros se animan a ponerle chukrut, pepinos, nachos, you name it. El combo viene con papas fritas y una limonada con menta que está bastante bien aunque en un tamaño que no llega a apagar el fuego de una pared llena de condimentos exóticos que incluye, claro, la salsa picante sriracha y mostazas de todas partes del mundo. 

Para quienes nos arrastramos por Microcentro Dogg es una buena opción aunque con tantos toppings no recomendamos comerlos de parado.
 

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